Cuando en Venezuela los ciudadanos buscan un ejemplo de
burro, lo primero que se les viene a la mente es Nicolás Maduro, Presidente de
la Republica conocido por frases idóneas como “Así como Dios multiplicó los penes”
o la última que ha conmocionado al público donde se llamó así mismo “Mariposón”
por tener una mariposa cerca.
Lo que la gran mayoría no sabe es que los burros no son tontos, Los burros son flemáticos y
analizan detenidamente la situación hasta decidir la respuesta más adecuada,
y en eso Maduro se parece mucho, y no de una mala manera… A el presidente se le
cataloga como ignorante y se considera que tiene un bajo intelectual cuando
realmente no es así, todas esas frases, maneras de actuar y respuestas son
parte de analizar detenidamente la situación del país y considerar cual es la
respuesta más adecuada, y sí, para él la respuesta más adecuada es una frase
que cause tanta conmoción por sonar ridícula que los venezolanos olviden los
verdaderos problemas del país y se enfoquen solamente en sus idiotas pero estratégicas
respuestas.
¿Aún se cree que no es
así? Existe un escrito llamado “Armas Silenciosas para Guerras Tranquilas”
escrito por Noam Chomsky donde relata que “un elemento primordial para el control social es la estrategia de la distracción que consiste en
desviar la atención del público de los problemas importantes y de los cambios
decididos por las elites políticas y económicas, mediante la técnica del
diluvio o inundación de continuas distracciones y de informaciones
insignificantes. Son las frecuentes “cortinas de humo”, intencionadamente
difundidas para desviar la atención hacia lo irrelevante”.
Sí, todas esas veces que nos hemos burlado de las frases del
mandatario realmente han sido dichas estratégicamente, de una manera en la que
tal vez el tonto no es el presidente, sino el que cayó en su juego de olvidar
los problemas de Venezuela, y enfocarse en una frase que no nos traerá comida a
la mesa.
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